A tu divina palabra fueron creados los
animales terrestres según sus especies; tu sabiduría tuvo potestad sobre ellos,
quedando sujetos a obedecerla. A todos les diste su existencia antes que al hombre, para que se constituyeran en servicio y beneficio del género humano. Luego creaste al hombre a imagen y semejanza
tuya, aunque poco perseveró en la gracia. Fue vencido y no supo honrarte ni
darte gracias. Lloro esta culpa y quiero restituir en algo la honra que te
negamos.
Quiero orar, eliminar el egoísmo y el orgullo,
ofrecerte mi arrepentimiento por tantas ofensas que recibes.
Quiero estar alerta, cuidarme ante el
peligro, evitar caer en seducciones y no distorsionar las bendiciones que me
concedes generoso; no subestimar ni despreciar las obras de caridad y de
misericordia que puedo hacer.
Anhelo que estés en mí, no quiero
dejarme llevar por aquellos deseos que me puedan conducir a la desobediencia,
el orgullo y la desesperación.
Enséñame las semejanzas y diferencias
entre lo que quiero, necesito, y lo que Tú deseas de mí. Inspírame cómo debo
actuar ante las situaciones de riesgo para mi alma y cuando sienta abatimiento
y cansancio de la vida.
Gracias, Señor!